lunes, agosto 28, 2006

Mi Perro Quiltro Rabioso



apelaré a mi origen.
necesito que mi adn potencie mi resistencia al frío misterio (claro, electrodomésticos con cabezas), aquello que galanamente hace aguantar, permitir templar el alma, para evitar hemorragias. tal vez, sea necesario recurrir a la jauría, para sentir las costillas de otros congéneres, palpar el dolor, juntar pobrezas para salvaguardar mi especie.
si, lo afirmo. apelaré, esta vez, al quiltro. es mi necesidad por el momento. mi tótem, se mi ascendiente, pon tu manto sobre mí, cubre mis debilidades, permite aguante al hambre, a los golpes de piedrazos y patadas. pero dame dientes grandes, afilados. sólo para defenderme del ataque que podría arriesgar mi cuello. y si va con rabia, mejor, pero quiero cola, sin ella será difícil expresar alegría. sin embargo, con el asunto del pelaje, quedo en la duda. si largo o pegado al cuerpo. menos tengo idea del color, negro con blanco, negro entero. chico o grande?
no importan tanto
Quiltro Rabioso, pero sobreviviente, aunque de vez en cuando arriesgaría la perrera municipal y sus purgas de perros vagos. pero como quiltro, astuto de oreja a cola. necesito ser ágil, eso si. rápido, veloz cual rayo, certero en los movimientos, con músculos de acero, perfectamente delineados en cada pata, lomo, cuello. correr de 0 a 35 km por hora en 3 seg. a 25 km/h constantes al trote, lengua afuera, alegre y feliz, seguro y en paz conmigo mismo y el mundo. pero sin amo. callejero hasta los tuétanos. nada de correas al cuello, o el alimento fácil y doméstico. eso si, presto a buscar comida, pero para pelar el hambre y seguir aguantando a la vida. pero sin patios asfixiantes, que es peor, pues acalla al lobo, con su existencial y salvaje aullido. lejos del hombre y su yugo. sin sociedades castrantes del instinto.
seguro que podré seguir con mi quiltro protector.

domingo, agosto 27, 2006

Mi Síndrome Estocolmo


me obligaré a secuestrarme,
es la única salvación.
privaré mi libertad
de estar sirviéndote
para sentir una falsa sonrisa.
evitaré salir
a buscar experiencias
que me son vedadas.
me encerraré en un cuarto de tres por tres.
habilitaré un sistema de aire
condicionado a mi sola presencia,
18 grados en invierno, 21 en verano.
perderé todo contacto con tu exterior.
arrebataré experiencias y raíces,
una por una las iré volviendo hacia mí,
y con el tiempo necesario
apartaré aquellas que puedan sacarme
de mi mismo.
desencajaré imágenes que creí sagradas,
locuras y bajas pasiones
no atravesarán la fuerte puerta acerada.
ocho años mínimo.
haber si así aprendo a depender de mí.
aunque ya sé que es una patología igual.
pero solo mía y felizmente autocausada.

domingo, agosto 20, 2006

Pasame la botella

Nueva historia,
Nadya en reggaeton, finalmente,
me reí harto con el signo del cornudo final, realizado por el barman, que de solidario amigo de carrete, pasa al bando de la burla por la desgracia del otro.

domingo, agosto 06, 2006

Invierno en la trinchera

























Al otro lado de la trinchera,
el enemigo no te da tregua
te acecha, te busca, te respira
pero no se deja ver.
Distante, sabes tus debilidades,
te ha observado durante tanto tiempo
que conoce la rutina de tus afectos.

Al otro lado de la trinchera,
el enemigo no duerme,
el ojo herido permanece abierto,
calculando la distancia científicamente,
ganando experiencia y frialdad.
(Igual que yo).

En mi lado de la trinchera,
los días están contados
marcando cruces en la culata
de mi viejo y obsoleto fusil.
Hace rato perdimos el manual
para desmontar su mecanismo.
Lo quemamos para calentarnos los dedos.

En mi lado de la trinchera,
sabemos que ya perdimos,
carecemos de ganas de luchar,
y tal vez ni de vivir.
Quizás levantemos los cascos
para ofrecer un blanco fácil,
y cagarles el plan
a los del otro lado de la trinchera.