sábado, mayo 27, 2006

No es suficiente









mira el humo que sale de tu boca,
como se esparce en los metros cuadrados en que habitas,
mientras rumias pensamientos entre fracasos y pequeños éxitos.
escucha la noche como se pierde ante la madrugada,
como retira cada mal aliento cansado,
y cuando llegue la mañana,
descubre que naciste otra vez,
para volver a sentir el humo que sale de tu boca,
porque no es suficiente sufrir o reír cada noche tortuosa,
vendrán más y más,
al igual que la pesadilla de Vlad,
que busca en los vivos algo de amor y vida,
y si no alcanzas a cerrar la tapa de tu cripta ante el amenzante rayo lumínico,
verifica que la ceniza no esté esparcida,
sacude y ordena un poco,
y si quiere se puede enojar como nunca antes,
que ya tendrás más humo, y estarás al lado del camino, como el gran Fito,
mirando el humo mientras todo pasa. sólo espera que sea de la buena.

p.d. y fue de la buena.

sábado, mayo 13, 2006

Una Turbia...

LL pertenece a una familia de clase medianamente bien, aunque según el standar de alguien que vive en Chanavia City, así que ni tanto. Su padre manejaba micros, que significaba pega estable y un sueldo fijo, que ya es mucho pedir o un lujo para algunas familias. Y si bien sus padres no tenían grandes ingresos, con su esfuerzo lograron dar educación universitaria a los hermanos mayores de LL; es más, los viejos tienen una hermosa casa en la playa (...), que varias veces he visitado, incluso estando ellos. Gente amable y educada, de eso no hay duda.
En un ambiente de esa naturaleza, se podría decir que LL saldría con actitudes de ser profesional, o algo similar. Pero nada que ver a la realidad, sino todo lo opuesto. De joven siempre tuvo una cierta atracción por todo lo que significara lumpenaje, al principio oculto en la política activa de izquierda, donde en varias protestas hizo gala del más violento resentimiento social. Lumpen, finalmente. Pero una vez acabada la dictadura (aunque sigue la económica, no es cierto Rata), no tuvo el espacio para desarrollar sus artes del destrozo colectivo. Así se empezó a vincular con personas non gratas, mañosas, pillitas, pero mala leche. Onda drogas en un principio. LL delira con el bajo fondo, la llora por no ser parte de ella, en la idea de "Caracortada". En esa época trabajaba en un taxi, que ya de por si, por su naturaleza callejera, sin horarios, sin rendir cuentas, es extremadamente peligroso para alguien con las inclinaciones de LL. Muchas veces, cuando no había ningún contacto pa'mover pitos, acudía al paradero donde se estacionaba, y en un abrir y cerrar de ojos, llegaba con la mejor movida, o a veces lo acompañaba a tranzar a la misma casa de los traficantillos, que por el trato barza que les demostraba, se cachaba que LL los frecuentaba bastante, entraba hasta el comedor de la casa, se perdía un rato adentro, y después salía diciendo que le hicieron paquetes especiales (después caché que el hueta los habría y sacaba su ración, claro que después me barceaba igual cuando compartíamos de lo que se había conseguido).
La casa de un traficante es cuática, se mueve en un mundo aparte, generalmente habían "guardias" o "sapos", macheteros, compradores, vendedores menores... Una vez vi hasta un paco en moto, de esas todo terreno, pasando piola por el medio de la calle, que a esa hora bullía en tráfico, medio nervioso estaba, pero LL me tranquilizó "el paco es guardia", "cuida a "..." de otros polis o de mexicanazos" me dijo.
Con el tiempo, el taxi se usó pa'buscar droga, se pagaba la carrera, eso si, con droga. Pero a pesar de la papa para LL, que podría haber mantenido el negocio, empezó a mantener contactos con la delicuencia total, el choreo, las cortaplumas mariposa, las manoplas, fierros hechizos y legales, y cuanta mierda circula en los paraderos de taxi. En su salsa, pa'sacarle molde (como diría la María, que está en el día de las madres). A esta altura, el coa o koa, entra de llenó en las expresiones de LL, que acompañada con los gestos, al principio causaba gracia, ya que parecía una actuación, una parodia, pero al final era un ensayo, como una especie de transición a lo que quería ser LL. Y los personajes que empezó a llevar de pasajeros, daban desconfianza absoluta. El típico pendejo flaco, con buzo de marca como dos tallas más grandes, su gorro con cuática puesto a lo chinoríos, zapatillas también de marca, pero con un calcetín debajo de la lengüeta, para lograr el efecto de un empeine extremadamente grande. Y flaites a cagarse, a cagarse.
Cierto día iba de pasajero de LL, quien se detiene para que subiera un pendejo de las características anteriores, que se sentó al lado del conductor. "Socito, que pulentito que lo encuentro, usté e' el piloto justo, sa'e que hay una wüena, fija, la posta hermanitoooo, ta'lista la mov'ía, no re'otaaamos ni cagando, es fija, poh' hermanitooo, usté estecetranquilo, que le'a lle'ar su parte ahí, pa'que le lle'e algo a su 'iñora socitooo, pa'que se ponga en la wüena, segurasegura, y como a usté' lo quiero, puta, está la mano". LL le hizo una seña al mocoso flaite pa'que se callara, "estai gritando chuchatuma're, quién te apretó el cogote, 'tate piola, culiao sapo", acompañando el gesto con el chispazo de los dedos. Compramos y después me fui a mi casa. Y me olvidé del tema. Ese día era viernes.

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El domingo en la noche supimos por boca de LD, que vivía próximo a la casa donde dormía LL (la casa de sus suegros), que el domingo de madrugada llegó la patá a molestar el sueño de la familia entera, que abrieron la puerta de un empujón, que los pacos entraron con cuática apuntando a medio mundo, que los suegros de LL no alcanzaron a decir esta boca es mía, cuando los tenían revisados, custodiados y amenzados de que cooperaran, que a un cuñado de LL tuvieron que "tranquilizarlo" mostrando sus credenciales tanto de papel como del armamento que portaban, que un sobrino político de LL se puso más cuático, producto de la cantidad de huevadas que había ingerido horas antes y que tuvo que ser conminado a que se quedará piola, sino le iban a pintar el mono, ya que no tenían paciencia pa'atender a drogadictos y que bastaba llamar a unos camaradas, pa'que le hicieran examen de doping hasta al gato de yeso que servía de adorno en la mesa del comedor. CLD, pareja y esposa de LL, trataba de cuidar a la hija de ambos, que era muy pequeña, tapándole los oídos y fingiendo que todo era un juego, que los polis andaban buscando gente mala, que se habían equivocado, que el malo estaba en otra casa, que estas cosas suceden. Cuando encontraron a LL, éste trató de enganchar sacando su manejo de pillito canchero, pero los polis lo espetaron duramente a que se dejara de hueviar y que los acompañara calla'o el loro, no sin antes ponerse algo, pa'salvar la dignidad.
Tiempo después, LL contó que los polis buscaban a otra persona, que incluso le habían pedido disculpas por haberse confundido tanto, que lo lamentaban de verdad, y que como él había cachado el problema, no hizo las denuncias, pa'que los pobres hueones no perdieran su pega.
Tuvieron que pasar algunos años pa'cachar la hueá, y fue por la boca borracha del propio protagonista: que después de dejarme a mí, habían ido a "trabajar el taxi", usando cinta adhesiva para modificar la patente, que de E pasó a B; realizado esto, LL con tres querubines semilla de malda', habían ido a un farmacia, no sin antes dejar el taxi con el motor andando, que los muchachines entraron haciendo escándalo, sin gorros pasamontañas ya que los habían cambiado por drogas duras, que cuando salieron con lo robado, a uno de los angelitos se le había caído su carnet, y que además, uno de ellos había sido reconocido por el dueño de la botica pues días antes los había robado. En resumidas cuentas, cuando llegó la poli al lugar, encontraron el carnet, llegaron a la casa del mocoso, y que éste en un dos por tres se había puesto a cantar, hablando hasta por los codos, y que gracias a un familiar carabinero de LL y de su esposa, había logrado armar una explicación, pero más que nada era un pituto para que estuviera libre, que el día de los hechos los pendejos lo habían tomado pa'una carrera, y que llegando al lugar no tenía efectivo, por tanto tuvo que esperar a que fueran a sus casas a buscar el dinero, una vez que regresaron, lo volvieron a tomar pa'ir a un lugar a comprar drogas, ya que él, por ser drogadicto conocía el lugar donde ir, y que incluso les había hablado que se portaran bien, que no hicieran cagadas. Una vez que les había conseguido lo que querían sus pasajeros, le habían cancelado con pitos y pasta, y que él se sentía satisfecho, pues había tenido un día de trabajo bueno. Y como el relato era avalado por alguien superior, los pacos tuvieron que arreglar la declaración de los asaltantes, ya que se habían equivocado en nombrarlo. La rajita.
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En la actualidad, nadie visita a LL, terminó con su mujer, aporta cero peso para su hija, quien ya no se quiere juntar con él, tuvo que dejar de taxear pues el tarro no se pudo arreglar más, sigue con sus vicios, pero ahora maneja un colectivo, y de seguro, lo doy firmado, sigue pensando en cagar al sistema o al que se le cruce. No debo dejar de decir, que la última vez que me visitó (tiene la costumbre de llegar cuando uno menos se lo espera), revisé por si faltaba algo, que de seguro puede terminar en los bolsillos de un trafica, como una vez llegaron a mis manos una colección de cd, hasta con el bolso incluido, que de ahí escuché al Cirque du Soleil por primera vez.

miércoles, mayo 10, 2006

El Asalto de Charcán o la Muerte del Llamado de la Selva

Charcán vive en la casa de NN. Es joven y aventurero, como todos los de su raza y de su tamaño. Él es un perro, quiltro chileno en donde no se sabe a que tipo de familia canina pertenece. Su pelaje es café claro medio largo sobre todo en sus caídas orejas, su cuerpo es largo en comparación con sus patas, que terminan en un color claro, la cola semicurva, coronada por un coqueto mechón blanco. En realidad, Charcán no inspira ningún respeto o recelo de que te pueda hacer la desconocida, pero que es de casa y que cuida, por lo menos ladra con cuática y con escándalo cuando oye que a lo lejos alguien se aproxima. Además, por ser chico come poco, no así como mis perros que cagan cerros de caca... Pero, Charcán es travieso y eso que NN los disciplina duro, incluso le habla en mapudungún para darles órdenes.

En otro terreno próximo al de NN, merodea otro perro, pero policial o pastor alemán, que ya por su raza es una talla que da respeto, no es llegar e irse al choque contra un perro de este tipo, incluso registran más ataques que otras razas que son más cuestionadas. Este perrazo es mañoso, de esos que se mete a la casa de otras personas a robarles la comida de perros o humanos, ataca gallinas u otras aves de corral, pero nunca sale pillado, ya que actúa de noche, pero de lo que anda observando en el día, por eso se le ve siempre suelto y cachando la oportunidad de pegar el ataque. Junto con él, se le unen otros perros del lugar, formando una jauría formidable, pero siempre capitaneado por el pastor. Uno de sus pasatiempos preferidos es corretear a caballos o vacas, pero es sólo ladrarle al animal, tal vez emulando en sus cabezas quizás que remota persecución en los tiempos primigenios, cuando la batalla estaba destinada a comer o ser comido, ataque y contraataque.

Generalmente, Charcán pasa en casa y si sale, es para olfatear y buscar olores nuevos. Pero esta vez, Charcán no estaba. NN varias veces salió a buscarlo, lo llamaba con sus señas conocidas, esas que solamente su amo puede ejecutar. Charcán ni luces.
La tarde caía latamente, mientras degustábamos una cervezas con NN. Y claro que su pito. NN dejó suelta a su yegua, una para que estirará las patas del corral y otra para que pastara. La yegua andaba cerca, pero como el terreno es desigual, NN siempre la espantaba para que no cruzara por la zanja, que colindaba con el terreno de alfalfa del vecino. Súbitamente sentimos un clamor de perros a la carrera, la jauría se había metido a corretear a la yegua. El pastor encabezaba en pelotón, con varios perros chicos flanqueando y cerrando la retaguardia. Más de veinte individuos formaban la pandilla. Y dentro de ella, Charcán avanzaba alegremente, ladrando de aquí y acelerando el paso. La yegua daba coces, que eran esquivados por los veloces canes, quienes parecían gozar la aventura. NN se paró de golpe, "la yegua se va a cagar una pata", cachando que la bestía huía en dirección a su corral, pero necesariamente debía pasar por el medio de zanja, tuvo que correr, el pastor detrás, y Charcán atrás de él. NN entró a su casa, salió luego blandiendo en sus manos una honda artesanal, confeccionada en casa, que al solo verla manejada por NN, se cachaba que sabía tirar con ella. De balas, escogió piedras grandes, y estiró al máximo la banda de goma, separando aproximadamente un metro desde la V de la honda, hasta la funda que acomadaba el proyectil. Espero el paso de la yegua entrando al corral, el pastor se agazapó en su carrera, y se escondió en la multitud de colas y patas que avanzaban velozmente. NN esperando. Cruzando la zanja, Charcán ejecuta un salto para traspasarla limpiamente, entre el salto y la salida del proyectil de la mano de NN, pasaron fracción de segundo. NN después me dijo que quería pegarle medio a medio a Charcán, pero su puntería, su rabía, su instinto cazador, hizo que le llegara de lleno en plena cabeza de Charcán, que sólo atinó a lanzar un leve quejido. Su cuerpo dio una vuelta sobre sí mismo, y fue a caer metro y medio más allá. NN atinó a decir "me pitié al Charcán", agarró más pideras y las emprendió contra la jauría a puros peñascazos, no si antes proferir mil y una calamidades para el pastor, incluyendo al dueño del pastor (viejo chuchatumare, amarra tu perro de mierda, cuando lo vea le voy a meter bala, y a vo'también si tratai de pintarme el mono cuando veai' a tu perro muerto). Fui a ver al Charcán. Estaba tieso, tirado, de su nariz bajaba un hilillo de sangre, muestra inequívoca del golpe certero, tal vez un tec grosso. No dejaba de admirar la destreza de NN con la honda. Sobre todo por causar tremendo daño. NN me mira asustado, con el remordimiento vivo, decía "no le quería pegar, no le quería pegar así en la cabeza, me pitié al Charcán". Mirándolo, observó que estaba respirando débilmente, casi suspiros. NN llega donde se encontraba Charcán. Le comienza a mover la patas delanteras, le masajea los pulmones, y le habla susurrando "lo lamento Charcán, lo lamento tanto, mi huacho, no era mi intención, pero te poní'tan hueón, si sabí que no te tení' que juntar con esos perros, chucha Charcán, perdóname Charcancito". Buscó una fuente con agua, mojando la cara de Charcán, quien poco a poco, comenzó a pestañear, a cachar que había pasado. Intentó pararse, pero las patas no le daban fuerza, varias se cayó y varias veces intentó incorporarse nuevamente, hasta que por fin, todavía tambaleándose, se safó de NN y buscó esconderse debajo de un viejo auto. Ya a esa altura salivaba en extremo, demostrando la teoría del tec. Esperamos un rato, tranquilizando el espíritu. NN estaba pálido, decidió esperar y no llevar a Charcán al veterinario, para no moverlo.

.....
Charcán no se aleja de la casa, ni sale fuera de la propiedad. Ladra cuando hay que ladrar, pero sin escándalo. Ya no es travieso, tiene la pasividad de los años maduros, la experiencia de saber comportarse. Cuida la casa, la tierra, a los animales, todo aquello que sabe es de su amo. Creció. Pero algo murió, algo se perdió. Charcán no sabe que perdió y es mejor que no lo sepa, porque de saberlo, seguro se iría detrás de la jauría, y esta vez, el golpe puede ser fatal. Y NN sabe que volvería a tirarle a la jauría, aunque se encuentre metido su Charcancito.