viernes, junio 09, 2006

Por 7

Viajar en bus a Colina todas las mañanas no es un viaje menor. Sobre todo si se sale a pelar la cara de frío a las 6:15 am en invierno, cuando está oscura la vida, además de muy gélida. Así por 4 años. Después se podía salir más tarde, ya que colocaron una línea de colectivos, que ahorraba 30 minutos de viaje o más, dependiendo del chofer.
En las madrugadas de cada invierno, Cerro Navia golpea duro. Mucho frío, atacando guantes, parcas, pantalones de franela, bufandas y un cuanto hay por el ropero. Por razones de mi trabajo, podía ír de buzo, que para los efectos, debía ser térmico, doble forro. La parca debía ser elegida con paciencia. Si el modelo pegaba y estaba barata, había que puro encalillarse en Ripley, Falabella, Hites, Michaelly, etc. Además de sus botines deportivos, que permiten afirmar la pata, si te tienes que ir en la pisadera de la micro, o no patinar en el barro, y por cierto, evitar torceduras, que corregía con una media caña anatómica. Mucha ropa, mucho frío.
Del frío en Cerro Navia se puede decir mucho. Que muestra la miseria, que hay mucha pobreza en la comuna, eso se nota por la ropa del obrero, que a esa hora, debe pegarse grossos piques a la Dehesa, Vitacura, barrios finos, maestros de contru'. Generalmente visten de jeans, bototos gruesos de punta de fierro, nunca usan guantes, sus callosas manos enfrentan el fierro de la micro care'palo, es como una doble piel reforzada. Se nota que no usan ninguna cremita. Muchos van a medio afeitar, pero si bañados. Algunos llevan sus herramientas en maletas de maderas, o cubren con diario "La Cuarta" sus partillos o serruchos. Todos llevan sus viandas en ollitas metálicas, con tapa hermética, siempre les suena el cubierto. Los jóvenes usan personal, como que se apartan de los viejos, aunque van todos al mismo lugar, toca que son cuadrillas, que uno de ellos hace de contacto y busca a sus vecinos o familiares. Los muchachos se ven alegres, como que es una pega de pocos días. Los viejos tienen curtidos sus ojos y canosos sus cabellos, a lo "Viejo y el Mar". Generalmente duermen, saben que deben ahorrar la más mínima partícula de energía. Eso si agarran asiento, hunden su cabeza entre sus hombros y z, cagaron, no los mueve nadie, de paradero a paradero. Muchos curtida tienen el habla, no cruzan ninguna opinión o conversación. Otros menos hablan de fútbol, del Colo casi siempre, o de la selección en las eliminatorias. Los viejos saben que esa es su pega, que es lo único que saben hacer, que no hay más que especular y punto. Así es la vida, dicen, no lo quieren para sus hijos, pero allí va con ellos. Los viejos están cansados, duros, pelan el ajo. Todos los despiertos despavilan si sube una mujer rica, no importa la edad, si es de buena figura, de esa que la coquetea a la Yayita, es cubierta de piropos elegantes y rascas, pero todos pa'cagarse de la risa, lejos el más grosero es cuando el gil hace como que aspira fuertemente un pito, entrecerrando los ojos libidinosamente, llegando hasta expresar dolor las muelas. Si sube un payaso, caga, le cagan los chisten, si el payaso es avispado, onda de la calle, responde talla a talla, provocando más risa, siempre se cruza y con tu hermana, tu señora, que eres hueco, en fin, toda jerga usada en el barrio fino de Pudahuel, Cerro Navia, Quinta Normal, Stgo. Centro y Mapocho pa'rriba.
Yo me bajaba en Mapocho. En esta zona cambia el clima, el río afecta con mucha humedad, hay que andar con gorro y tapar la boca y la nariz, además pega la contaminación.

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Los maestros de la contru' seguro siguen en el mismo ambiente una vez que me bajaba, seguramente tirando tallas y hueviando a los cuicos a más no poder, pero siempre conservando un respeto. Los cabros debían quedar locos con las minitas del barrio altgo, allá son todas rubiecitas, como finas, elegantes e inalcansables. Después estos cabros sabrán que es mejor dormir, hasta que el socio le pegue en el brazo pa'bajarse y ponerse con el trabajo pa'llevar plata pa'la casa, lo mismo que yo, pero pagado un poco mejor, que me daba otra perspectiva, pero ni tan lejana, pues iba en el mismo transporte. Y eso por siete largos años.

2 Comentarios:

Blogger Mamutita dijo...

me gusta eso de recordar, es bueno hacer memoria, antes anotaba los lugares que conocía ahora extraño un poco eso, es realmente decidor pensar en que uno vive, y de repente reflexiona o simplemente recuerda.

10:28 p. m.  
Blogger Gabriela dijo...

El invierno viajando a colina en micro, de eso ya son varios años y varias cosas nuevas que has hecho, quizás los hombres que viajaban a la construcción en la dehesa ahora lo sigan haciendo, total el negocio inmobiliario no baja en los sectores del barrio alto.
Por lo menos después de eso has podido hacer otras rutas durante las frías mañanas en Santiago y quizás eso te haga recordar los largos viajes hasta el colegio de colina.

7:06 a. m.  

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