miércoles, julio 26, 2006

De la Muerte

El Rata sabe de dolores, de eso nadie que sepa algo de él lo duda. Muchos dolores, como también alegrías, la vida misma. Pero, siempre hay dolores que marcan.
Uno de los del Rata se resuelve en base a la muerte de un tío, asesinado en la "Caravana de la Muerte".
Se lee en una página web:
"(...)Miguel MUÑOZ FLORES, 21 años, empleado de la Corporación de Reforma Agraria (CORA). Fue detenido en su domicilio, inmediatamente después de ocurridos los sucesos del día 11 de septiembre, por efectivos de Investigaciones y trasladado al Cuartel de esa Institución.
El día 4 de octubre de 1973 junto con otros jóvenes socialistas fueron sacados desde el Cuartel de Investigaciones de Cauquenes, fuertemente custodiados por efectivos militares. Según la versión oficial, ello se hizo con el propósito de hacer una reconstitución de escena en el Fundo El Oriente, en las afueras de la ciudad. Los detenidos, según esa misma versión, habrían aprovechado esta circunstancia para atacar a uno de los centinelas, motivo por el cual se les disparó, causándoles la muerte a todos ellos, "en cumplimiento al Bando 24 de la Junta Militar de Gobierno". Dicho bando autorizaba a la ejecución inmediata en caso de oposición o resistencia armada a las nuevas autoridades militares.
Horas antes de la ejecución, había arribado a la ciudad de Cauquenes, un helicóptero que transportaba a un Oficial Delegado del Comandante en Jefe del Ejército y de la Junta de Gobierno y a su comitiva. Esta permaneció en la ciudad hasta inmediatamente después de verificarse los fusilamientos. Fueron vistos en la ciudad por numerosos testigos. Este viaje, en su contexto global, ya ha sido analizado.
Las familias se enteraron de sus muertes mediante el bando oficial que fue dado a conocer a través de altoparlantes instalados en la plaza de la ciudad.
Los cuerpos sin vida de los cuatro jóvenes, fueron llevados al Instituto Médico Legal, donde se les practicó la autopsia de rigor y luego llevados por efectivos militares al Cementerio Local, donde procedieron a enterrarlos en una fosa común. Sólo la familia de uno de los ejecutados, a través de gestiones personales, consiguió exhumar el cuerpo de su víctima y darle sepultura.(...)"
Víctimas en vida, doblemente cruel, además, la imposibilidad de darles sepultura.
Poco se lee, tantos dramas que las palabras no alcanzan a mostrar. Una vida marcada por la historia, generaciones carcomidas desde sus bases. Cada año a Cauquenes, para enfrentar la pena, sufrir cada año, carmatizarse y volver a nacer.
Y si bien sigue llendo cada fecha traumática, espero que no lo dejé de hacer nunca. Mas por la vida, que como recuerdo de la muerte.

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